La crítica siempre ha sido importante en el periodismo pero su evolución ha sido distorsionada por el contexto histórico en el que se ha situado. En los años cuarenta la crítica en España debía seguir el corte que marcaba la dictadura. En los años cincuenta autores como Manuel Muñoz Cortés crean un “club de la crítica” partiendo de la necesidad de la aparición de crítica en la prensa. En los años sesenta la crítica se basaba en la ideología fundamentalmente. Destaca en este período Ricardo Doménech como precursor de la crítica teatral. Después en los años setenta Goytisolo planteaba la vital existencia o no de un crítico literario. La crítica es uno de los elementos más importantes de la democracia. La aparición de la crítica está muy unida a la política.
La crítica nunca debe sustituir la literatura sino admirarla y embellecerla. El objetivo de una crítica debe siempre ser la reflexión interior. Un proceso de observación de la obra para después a partir de sus antecedentes y consecuentes elaborar una opinión que pueda ser útil a cualquier persona que le interese. Todos relacionamos la crítica con la subjetividad, esa es la virtud de este género periodístico. Se trata de la habilidad de un autor de emitir un juicio sobre algo y que eso sea útil para otras personas. No todo el mundo es capaz de realizar esta opinión y menos de una si es literaria.
El buen crítico se aprecia por ser capaz de juzgar separando sus gustos personales. Es una persona culta y bien formada. Por supuesto en la crítica tiene que haber sentimiento pero también razón. Debe destacar de la obra aspectos relevantes y novedosos de ésta. Debe ayudar al espectador a entenderla y tener criterio propio. El crítico debe mostrar un pensamiento pero éste debe estar debidamente argumentado.
Cuando la crítica se encuentra relacionada con un medio hace que ya relacionemos esa crítica con el número de ejemplares que venda dicho medio. Lo malo es que muchos medios ven la crítica como un escaparate atractivo para vender publicaciones. Un periodista sumiso y demasiado ligado a su medio tiene como consecuencia un lector cada vez más pasivo y robotizado. Todo periodista debe despertar el carácter crítico pero también todo ser humano que quiere participar activamente del mundo que le rodea. La crítica literaria interesa económicamente a la sociedad. Lo cierto es que la mayoría de los periodistas incitan a un lector consumista.
La crítica es temporal y puede ser perfectamente cambiable en el tiempo. Debe estar siempre en primer lugar la calidad de las obras y la buena valoración de éstas, y ello no implica una valoración positiva de las mismas. La crítica debería ser un género que se continúe cultivando, que informa y aporta miles de matices y puntos de vista distintos. La crítica tiene una doble función por una parte ayudar al lector pero también al escritor. Siempre debe ser útil para todo el que lo lea y aunque existan cultismos debe ser comprendida por todos.
En sus inicios la crítica realizaba una gran labor tanto en literatura como en arte, un ejemplo de ello es Dámaso Alonso. Actualmente se produce una pérdida cada vez mayor de la literatura como arte y una mayor mirada a los intereses comerciales. Unida a la crítica está siempre la opinión de textos literarios. Es necesario siempre acudir a estos temas literarios. Ahora tanto la literatura como la crítica están sometidas a la voz de los medios. Eduardo Mendoza ya ha meditado sobre que hoy en día está influenciada por factores económicos.
Tiene gran importancia en el periodismo los suplementos literarios. Están influenciados inevitablemente por el tipo de lectores que los reclaman. Los periódicos actuales como el ABC comenzaron a realizar suplementos a principios del siglo XX.
Considero que la crítica es un género que sigue siendo importante como marcador de opinión pero su valor se ha degradado. Una crítica nunca puede ser objetiva porque entonces sería una mera descripción. Se ha pasado a un antiguo control por el estado a un presente control por las empresas. Ninguno de los dos métodos son éticos y con ello el arte deja de ser puro. El interés por mantenerse en la primicia impide una literatura limpia, ojalá esto cambie algún día.
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