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jueves, 2 de mayo de 2013

Soldados de Salamina, Javier Cercas


Un aspecto clave de esta novela es que llega fácilmente al lector porque está escrita en primera persona (excepto la segunda parte). Al narrar hechos cercanos al autor y narrador, hacen que éstos parezcan, y sean, reales. También la continua duda de si Javier Cercas se considera a sí mismo escritor o periodista es otro punto que me ha llamado la atención. Como se dice en la tercera parte del libro: “Un buen periodista es siempre un buen escritor, pero un buen escritor casi nunca es un buen periodista”. En la novela se puede ver cómo Cercas es un gran escritor, pero también es un gran periodista. La intensa labor de investigación que rodea al caso de Sánchez Mazas es admirable.

Creo que narrar toda la aventura que tuvo que pasar para poder escribir este libro es el gran atractivo de la misma. Al estar narrada la vida real en forma de novela, crea la duda de si lo que está contando es real o no. Además, el continuo ir y venir de personajes, acontecimientos y datos que cuentan los mismos, crean la necesidad de estar constantemente pendiente del transcurso de la historia. En ocasiones, al mezclar la vida de las fuentes de las que quiere obtener información para escribir su novela y la intensa labor de investigación, hacen que se pierda el hilo de la historia.

Personalmente, no conocía al personaje de Sánchez Mazas, y no es hasta la segunda parte del libro cuando explica quién fue y lo que hizo. La convenida alianza y amistad de los soldados del bando contrario al de Sánchez Mazas es otro de los puntos a destacar de la novela. El pacto de protección mutuo llama especialmente la atención, y más cuando se estaba en guerra. La confrontación de ideologías en un momento así es determinante para decidir si vale la pena o no salvar la vida a una persona. ¿Por qué entonces los soldados republicanos (los “amigos del bosque”) escondieron a Sánchez Mazas? Si él fue uno de los incitadores para extinguir la República y ellos lo sabían, ¿mostraron piedad al principio o fue la amistad que se forjó después lo que le salvó? No me quedó claro este aspecto, pero supongo que por eso Cercas quiso escribir acerca de estos soldados que no delataron a Sánchez Mazas, para demostrar que no eran como él ni como los falangistas.

Sin embargo, también hay una contraposición entre los cargos que ocupa Sánchez Mazas a lo largo de su vida. Comienza escribiendo artículos, crónicas, etc., es decir, era un hombre de letras que luego se pasó a la política. Y son dos cosas muy diferentes: una cosa es escribir acerca de política e ideologías, y otra es dedicarse a ella. ¿Y cuál es más poderoso? Según se observa en el libro y en la vida de Sánchez Mazas, el poder de la palabra es mayor que su trayectoria política. Incitaba a la violencia con sus escritos para acabar con la República; ayudó con ello a crear la España de Franco; consiguió más falangistas adeptos, etc. Y sin embargo, apenas se esforzó en realizar bien su cargo político. Y para Franco, desquitarse de su labor política era símbolo de oposición. Una idea que se extrae de la lectura es si rechazar cargos políticos era una forma de oposición silenciosa. Al parecer, para Sánchez Mazas y otros muchos sí que fue así, ya que algunos de los que ayudaron a construir ese régimen se pasaron al bando contrario.

Por otro lado, otra figura clave es la de aquel solado que no delató a Sánchez Mazas en el fusilamiento. En la tercera parte del libro se crea la duda de si realmente fue Miralles o no. Este personaje es destacable porque es comprensible, es decir, no quiere recordar el pasado ni las guerras en las que participó; ya es demasiado anciano para volver a recrearse en él. Pero el periodista en muchas ocasiones revuelve el pasado para obtener información, tal y como hace Cercas. Y lo admirable de él es que no desiste hasta que considera que su libro puede darse por finalizado.

No obstante, cabe preguntarse si las personas con las que contacta y que casualmente conocen a alguien que pudo saber algo de lo que ocurrió con Sánchez Mazas son simples coincidencias o era pura suerte.

Por último, concluir que escribir sobre los héroes de guerra ayuda a no olvidarles, porque escribiendo sobre ellos se les recuerda. La Guerra Civil española ha dado mucho de sí para temas como este. Algunos como Miralles al principio, no son partidarios de remover el pasado; otros como Cercas quieren saber lo que ocurrió con ciertos personajes. Hay opiniones muy dispares al respecto. Una guerra que enfrentó a unos españoles contra otros, y que más tarde desembocó en el régimen franquista, no siempre es agradable que sea recordada. Sin embargo, escribir sobre los personajes secundarios que participaron en ella permiten recordar que no sólo son unos cuantos nombres importantes los que participaron en ella. Detrás de esos soldados había una historia, una vida que Javier Cercas ha querido, y ha logrado recuperar en esta novela.

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